Sol en nubes de tormenta
Algunos dicen que en medio de las mayores crisis es donde han nacido las más grandes ideas e innovaciones y, en nuestra opinión, no están tan equivocados.
Todos los días, en cualquier medio de comunicación hay malas noticias, en Twitter está esa sensación que sugiere que de hoy no pasamos. Si acaso llegaremos a mañana.
Desde 2022 se auguraba, incluso si lo vemos desde 2021, una policrisis. La salud, las finanzas y la estabilidad de los países. Se habla de desaceleración y de incertidumbre política a lo largo y ancho de América Latina y como si fuera poco, los precios de todo por las nubes.
A pesar de esto, en los países de la región por más escandalosa que parezca la palabra, siempre nos hemos enfrentado a la crisis. En ocasiones la hemos vaticinado otras veces acecha inesperada.
Puede parecer atrevido, hablar en general o intentar definir lo que es ser latino. Sin embargo las personas que habitamos esta parte del planeta y guardando semejanza con países en vía de desarrollo, hemos moldeado aspectos comunes, dichos populares, para poner un ejemplo, que son iguales a lo largo del continente, que hablan de maneras de ver la vida, de relacionarnos, de desarrollar diferentes habilidades para sobrellevar las crisis.
Sin ánimo de romantizar la pobreza. La creatividad y la resiliencia hacen parte de nuestro ADN. En la calle lo vemos a diario. En cada semáforo vemos innovadores puros movilizados por la subsistencia. Tomando elementos existentes y montando ágilmente un servicio. Ventas de bebidas frías en calurosos trancones, ventas de snacks, cables para cargar el celular en el carro, flores cuando se avecina alguna temporada de amor y amistad o de día de madres, libros de moda, aguacates previo a la hora del almuerzo, o semáforos humanos que facilitan ceder el paso en una vía ante nuestro afán e imposibilidad de ponernos de acuerdo.
La lista podría extenderse y ser variopinta dependiendo de cada país o incluso de regiones dentro de cada país. Sin embargo, donde reside el especial mensaje que nos dejan estos servicios callejeros. Es que ellos no saben de Lean Startup, no saben que es un pain o un gain, pero si saben reconocer donde hay alguien que pague por algo. No han leído a Osterwalder ni mucho menos cómo hacer un modelo Canvas, pero sí tienen claro cuánto cobrar, en dónde pararse, con quién aliarse y hasta cuánto pueden hacernos de descuento. No saben de design thinking y aun así diseñaron empíricamente, prototiparon y testearon, generando rápidamente tracción e ingresos. Nunca en su vida han escuchado a ningún consultor empresarial, pero frecuentemente hacen hard choices.
Los reportes de Índice Global de Innovación, un índice que mide instituciones, capital humano e investigación, infraestructura, sofisticación de mercados y sofisticación de negocios; rankean a la gran mayoría de los países de la región en los penosos lugares de la mitad hacia abajo, o sea no punteamos como líderes.
Hechos como este y de evidentes estabilidades económicas de otros países, nos sugieren que lo de fuera es mejor y que por ende es necesario copiarlo, igualarlo o incluso es frecuente en los ejercicios de benchmark de las empresas escuchar el término, “vamos a platanizar, esa solución traída de otro lado”. Desafortunado el destino del plátano en ese intento.
La invitación a la pregunta que podríamos hacernos en este caso, como personas habitantes de esta región del planeta y especialmente como empresas y organizaciones: ¿podemos ser nosotros mismos los referentes de un caso de benchmark?, ¿podemos superar cualquier brecha de inferioridad que pueda estar metida en el imaginario colectivo o en un tipo de zeitgeist?, ¿podemos hacer el esfuerzo de llenar el vaso y tapar el hueco?, ¿podemos reconocernos y valorar toda nuestra creatividad, festividad y energía para sacar las cosas adelante?
¿Nos podemos creer el cuento?
Voz y escrito por: Andrés Vergara CEO y Founder de Ecosistema Jaguar
